La elaboración, todo un arte
Se trata de uno de los pasos más importantes del proceso de creación, en el que entran en juego técnicas como el aplanado y el estirado, que tratan de modificar el espesor y diámetro de la pieza. El alisado será también clave, pues acabará con esas pequeñas aristas, hondonadas y depresiones del metal, dando lugar a una superficie lisa y perfecta, lista para formar parte de cualquier composición nacida del talento y el saber hacer del artesano.
Una vez que el hierro alcanza la temperatura suficiente…
Estaría rozando el punto de fusión, el siguiente paso al que se somete es al martilleado. Una palabra que evoca aquellas típicas imágenes del herrero sobre el yunque y una fase que debe hacerse con cuidado, pero también con diligencia y seguridad; y reiteradamente.
Será a partir de entonces cuando tendrá lugar la verdadera transformación del hierro, el momento en el que se le dará forma, curvándolo o doblándolo con fiereza y la ayuda de herramientas especiales, enroscándolo para crear bucles y rizos imposibles. Aquí también se podrá cortar, rajar, e incluso perforar para dar lugar a bellos ojales y orificios, unos elementos que pueden llegar a dar el toque final a la composición.